Reseña Mañana fue ayer, de Ana Ripoll

Mañana fue ayer
Ana Ripoll
3º Los Incorpóreos
Siruela
364 páginas | 2013

Ha pasado más de un año desde que la joven Perséfone diera un giro radical a su hasta entonces tranquila vida tras enamorarse de Gabriel y descubrir que es un incorpóreo: mitad humano, mitad fantasma. Con él descubrió que ella también tenía la capacidad de caminar entre los muertos, y los habitantes del inframundo la conocen con el nombre de Reina Azul. Pero si La Araña ha hecho nacer una nueva Reina Azul es porque se acerca una batalla. La más peligrosa y la más desigual, pues será contra el oscuro ejército de occisos del aterrador Iskender. Todas las especies del submundo han tomado partido ya por uno u otro bando. Perséfone se prepara en un particular entrenamiento para desarrollar nuevas habilidades, con las que intentará vencer los oscuros poderes que amenazan con destruir el mundo.

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-En esta saga: 1. El mundo de las sombras 2. La reina azul

Mañana fue ayer es la novela que cierra una de las trilogías más satisfactorias de literatura juvenil que he leído en los últimos tiempos. Es curioso porque en realidad ninguno de los tres libros que lo forman es de mis favoritos, y de hecho la trilogía no es una de las mejores que he leído en mi vida, pero el balance que deja toda la saga es muy positivo. Os hago un breve resumen de la trama global de toda la saga: Perséfone es una chica hastiada de su vida que un día, en Nueva York, conoce a un muchacho llamado Gabriel muy particular. Gabriel -cómo no- es un ser sobrenatural, una sombra, que puede desplazarse entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Y aunque hasta aquí parece lo más tópico del mundo, resulta que también contamos con que Pers(éfone) tiene un papel bastante importante en este mundo que parecía tan lejano, un papel que obviamente no voy a desvelar pero que será el causante de que toda la historia siga y no se detenga en la raíz típica de la que parte.

Alguna vez he destacado con anterioridad que lo que más me atrajo en un primer momento de esta trilogía, que era la originalidad de unos seres nuevos y con normas distintas a las ya conocidas, pronto quedó relegado a un segundo plano. Y es esto así porque sobre todo me quedé impresionada con lo bien que escribía Ana Ripoll. Es raro encontrar a una autora de literatura juvenil (lo siento mucho, chicos, es así) romántica paranormal que se detenga tanto en las descripciones y que abandone un poco la acción para hablar más detenidamente de los personajes, los paisajes, los acontecimientos. Y me encanta. Es verdad que a veces se pasa (recuerdo que en el primer libro hubo un viaje en metro en el que dijo todas y cada una de las paradas en las que se detuvo, madre mía) pero en general es delicioso leer a esta autora, más aún tratándose de un ambiente descrito tan rico e interesante. En cuanto a los seres, a las normas, al mundo creado, es original hasta cierto punto, me explico: es original en cuanto a que las sombras son unos señores muy interesantes, ya no por lo que hacen sino por el perfil de los personajes. No hay ninguno demasiado bueno, ni demasiado malo, son ambiguos, tanto sexual como psicológicamente. Son muy peculiares, elegantes y quizás son muy semejantes a la imagen del vampiro (sin ser vampiros y tener nada que ver, entendedme) que más se aproxima a la que el lector tiene en mente. Además de que toda la historia es muy original, no es tan solo el romance sobrenatural, que sí, es lo más importante, sino que hay detrás un trabajo muy grande y una historia muy interesante.

Sin embargo no me hace demasiada gracia el uso que Ripoll hace de los seres que tiene. Es decir, creas unos personajes interesantes y maravillosos... ¿y te limitas a escribir una historia de amor con algo de trasfondo? Una historia de amor que, por supuesto, está trabajada y cuidada, y cuya protagonista no es una pazguata -a ratos sí-, pero al fin y al cabo, un amorío. Será que me estoy haciendo mayor, pero este tipo de historias ya no me convencen como antes. El caso es que si bien a ratos estaba más que metida en la novela, cuando Pers comenzaba a pensar en mimitos y ay que Gabriel por aquí y ay que Gabriel por allá y ay que este otro me pone ojicos (¡pero bueno!, Pers, si hasta hace media página no te acordabas de su nombre) se me quitaban las ganas. Y aunque lo primero es mucho, lo segundo es también bastante y fue esto lo que hizo que el ritmo de lectura se ralentizase. Ahora bien, las últimas páginas son absolutamente vertiginosas. Y lo que más me ha gustado del libro es sin duda el final. Me ha recordado bastante al de mi novela gráfica favorita (Midnight Nation), y me ha gustado porque no todos los autores tienen el valor necesario para hacer un final así. De hecho, pocos lo tienen, más aún en juvenil, y yo, amante de los finales agridulces por definición (si buscas Sasy en el diccionario pone eso, palabrita), me quedé encantada. Estoy segura de que muchos lectores quedarían desencantados con este desenlace, pero en mi opinión es de lo más logrado y estupendo. Así que... ¿recomiendo la trilogía? Sí. Es cierto que no es de lo mejor que he leído (tiene un 3/5 de media, para mí), y que tiene sus altibajos, pero me parece bastante buena, y si no soléis leer juvenil por la escritura o por la tontería de los personajes es una buena elección. Además de que no tiene demasiada repercusión en la bloggosfera literaria, y oye, nunca está de más leer cosas nuevas o distintas de las que se leen normalmente. Sí, la recomiendo mucho y espero que la leáis.

Mañana fue ayer es el cierre de una trilogía juvenil muy satisfactoria. Una novela con altibajos pero que engancha y que gracias a su escritura y al gran atractivo que posee tanto el mundo como los seres sobrenaturales se convierte en algo tremendamente sorprendente en el panorama literario juvenil. Estoy muy contenta de haberla leído y de, sobre todo, haber podido disfrutar de ese final que tanto me ha gustado.