Reseña: Rebelión 20.06.19

Rebelión 20.06.19 · Javier Miró · Autoedición · 510 páginas · 2013

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En el año 2024 Madrid no es una ciudad, sólo un montón de ruinas donde no hay ciudadanos, sólo supervivientes. No hay comida, ni agua, ni justicia, ni esperanza.

Sólo hay una Rebelión.

Álex el Mono es uno de los hijos de la Rebelión. Y como tal no posee más que un incierto presente, unos pantalones desgastados, un Kalashnikov y una determinación por sobrevivir por encima de la lógica. Ha sido condenado a muerte, traicionado por aquellos que, al igual que él mismo, no se pueden considerar amigos más que del día a día y de las balas de su arma. Espera su final en una sucia celda, mientras recibe las cada vez más incómodas y persistentes visitas de sus captores y sus recuerdos.

Cuando el autor me habló en un principio de Rebelión 20.06.19, yo no tenía ni la más remota idea de lo que podría ser el libro. Tenía pinta de ser algo con tintes distópicos, así que la cogí con ganas. Cuál fue mi sorpresa al encontrarme con algo que, además de tener cierta distopía, también tenía algo de tono bélico y mucho, mucho trasfondo (y una lección).

En Rebelión 20.06.19 aparecemos en un Madrid futuro (del 2019), destruido, hecho polvo, dirigido tanto por el Gobierno como por grupos armados en contra del mismo. En uno de estos grupos nos encontramos con Álex el Mono, que en el comienzo de la historia estará encarcelado por ser considerado el enemigo público número 1. Y esta es su historia, la de cómo comenzó todo; pero también la historia de cómo Madrid pasó a ser tal y como es ahora.

Acerté con la lectura. Y es que nos encontramos ante uno de esos libros que, pese a ser autoeditado, podría estar publicado por una editorial. E incluso yo diría que en algún momento del futuro, lo hará (ahora es cuando no pasa y me lo recrimináis, pero eh, yo lo publicaría). La prosa de Javier Miró es arrolladora, contando todas las cosas con sumo detalle, sin guardarse nada para sí, pero eso sí, siempre dando la sensación de que dice solo lo suficiente. Porque en este caso nada es innecesario; así, contamos con ricas descripciones y unos diálogos sumamente realistas donde –milagro- cada uno habla como debe hacerlo, manteniendo el decoro. Ha sido una gozada ver cómo el registro cambiaba no solo de narrador a personaje, sino también de personaje a personaje. 

En cuanto a los personajes, me han encantado. El principal protagonista es Álex (el Mono), aunque en una primera instancia no lo parezca, que ha tenido la suerte o la desgracia de estar presente en muchos de los acontecimientos que han hecho el nuevo Madrid. Y como repasamos su historia, podemos verlo de primera mano. Digo lo de primera instancia porque el primer capítulo/prólogo nos cuenta la historia de otros personajes, que sinceramente tenía ganas de seguir conociendo cuando pasaban las páginas. Menos mal que volvemos a saber de ellos en un momento dado. Los personajes en general son muy interesantes, tienen personalidades muy marcadas y unas características concretas, además de una relación particular con Álex. No puedo no mencionar a la Gata, es un personaje estupendo (y desconcertante).

También quiero mencionar toda la historia, que está perfectamente discurrida, no hay cabos sueltos, todo tiene principio y final (duh, por desgracia ¬¬). He notado una cierta influencia de Stephen King (¿me equivoco?) en cuanto a que hay mucho cambio de tiempos verbales y de persona narrativa: tan pronto hay un ente que nos cuenta la historia en presente como saltamos a un pasado en primera persona por parte de Álex, como volvemos a un presente, eso sí, en una 1ª persona un poco total (que no es ningún personaje, vaya). Al principio puede hacerse un poco lioso, pero en cuanto te haces al estilo, le coges el truco en seguida. A esto ayudan la trama, que está llena de enredos pero que se entiende perfectamente y la forma de llevar la misma, además de los personajes. Lo de que la trama está llena de enredos provoca más de una sonrisa de liberación, además de un cierto regusto amargo: no sabes en quién confiar.

Porque esa es otra. Rediós, este libro está lleno de sangre. De sangre y de balas y de gente muerta y de gente que mata a otra gente y de violaciones y de muerte y de palizas y de, en definitiva, (y con perdón) hostias como panes. Claro que están todas justificadas (no es como en la infame Divergente, donde es un “ale, p’allá que van”), pero la verdad es que depende de cómo te pillen el libro en general es bastante desagradable y puede removerte un poco las tripas. El tono es bastante desagradable (hombre, solo faltaba) y debo decir que a mí eso me ha gustado mucho. Un poco como cuando leía La naranja mecánica, que me provocaba mucho rechazo pero a la vez quería seguir leyendo. Así es Rebelión 20.06.19 también. En cuanto al ritmo, en un principio sí que se me hizo un poco escarpado por eso de los cambios que ya os he comentado pero en cuanto la historia avanzó un poco, allá por el 30%, ya fue un no parar hasta llegar a un final terrible. Me gustó esa (creo) comparación con la caída de Sodoma y Gomorra (Javier, si lees esto, ¿era tu intención?), y me pareció un broche perfecto, por más rabia que me diese. Y eso. Que yo lo publicaría.

Rebelión 20.06.19 es una novela que solo se puede calificar como maravillosa. Una historia excelente que además nos queda cerca, muy bien contada y unos personajes bien caracterizados se unen para crear un libro que no deja indiferente. Desagradable, trepidante, entretenido, interesante… yo no lo dejaría pasar.





Esta reseña está inscrita en la lectura conjunta que yo misma organizo, os dejo los links de las reseñas del resto de participantes en ella. Cuando vayan publicando -yo soy la primera- las enlazaré aquí:

• Libros prohibidos
• Caminando entre libros
• Hojas de Alisio
• La biblioteca de Belania