El horror según Lovecraft · Juan Antonio Molina Foix (antología de diversos autores) · Siruela · 436 páginas · 18’00€ · Reedición
Esta antología nos ofrece una cuidada selección de los relatos favoritos de Lovecraft, llevada a cabo a partir de sus textos teóricos sobre el género y de las referencias en su extensa correspondencia, presentándonos un panorama bastante completo y riguroso del horror en la literatura desde sus inicios en las postrimerías del siglo XIX hasta los años treinta del siglo XX, fecha tope impuesta por la desaparición de nuestro autor.El horror según Lovecraft abarca desde los inicios del moderno cuento de miedo –Maupassant, Bierce y Le Fanu– hasta los ocasionales cultivadores del género terrorífico: F. M. Crawford o Ch. P. Gilman. La selección incluye también a los maestros modernos del género, como Machen, Blackwood, M. R. James o Lord Dunsany; a autores que gozaron de la predilección del escritor, como el polifacético escritor y guionista alemán H. H. Ewers; el «raro» e infravalorado M. P. Shield, de vida tan extravagante y fabulosa como su casi desconocida obra; el refinado escritor inglés Walter de la Mare; o el también poeta y escultor Clark Ashton Smith, amigo personal de H. P. Lovecraft. El volumen se cierra con uno de los más significativos relatos del propio Lovecraft, lo que nos permite testimoniar su crucial aportación al género del terror, así como verificar su mayor o menor sometimiento a las reglas que él mismo marcó.
Cuando era más pequeña, leía muchos cuentos de terror del estilo de los que salen en este libro. Mi padre me dejaba antologías y yo las leía, pero con el tiempo dejé de hacerlo, no sé por qué. Así que en cuanto tuve la oportunidad de retomar el hábito lo hice, y qué mejor que con una antología de relatos que Lovecraft juzgaba (siempre desde su visión “sesgada”) que eran buenos. Qué digo buenos, increíbles. Y llamadme loca, pero tenía la impresión, acertada, por lo visto, de que se puede confiar en este hombre tan peculiar.
Antes de comentar los relatos quiero hablaros de la edición y es que contamos con unos aditivos al libro en sí más que interesantes. En primer lugar hay un prólogo en el que el antólogo (tick por usar una palabra difícil en el día de hoy) nos va a contar por qué, de todos los relatos que a Lovecraft le volvían churúa, ha elegido los que ha elegido. También nos dice algunos de los autores que ha dejado fuera, como por ejemplo a Shelley, a Wells… por un lado me ha dado rabia, puesto que al menos la primera es una autora que me gusta pero aun así creo que la selección es magnífica. Y antes de cada relato hay una breve biografía del autor donde se nos cuenta la historia y sus obras más importantes (que en según qué casos también pueden ser las únicas), algo que es muy útil si, como yo, pretendes seguirles la pista (relativamente, porque ¿debo recordaros que están todos muertos y enterrados?). Comentado esto, pasemos a hablar de cada uno de los relatos, por orden de aparición (siento mucho que esto quede tan largo, niños).
-¿Qué fue eso?, de Fitz-James O’Brien: este relato me hizo especial ilusión porque llevaba buscándolo muchísimo tiempo, con resultados infructuosos (lo recordaba de cuando era cría), así que me alegró encontrarme con un cuento interesante, bien llevado y con un nudo increíble. Y yo me pregunto… ¿qué fue eso?
-El pacto de sir Dominick, de Sheridan Le Fanu: debo decir que este, sin llegar a desagradarme, no me hizo especial ilusión. La historia que cuenta es bastante normalita, y la trama no me resultó nada del otro mundo, lo cual es una verdadera lástima.
-La litera de arriba, de Francis Marion Crawford: si algo me da miedo, son los barcos, así que imaginad por un momento un camarote misterioso en el que ya han muerto varias personas, y que parece estar maldito. Este relato es de lo más impresionante, destaco la descripción del “meollo”, que es una auténtica maravilla.
-¿Quién sabe?, de Guy de Maupassant: creo que de esta historia no debería deciros nada; ¿por qué?, porque la gracia se encuentra hacia el final, pero ya os digo que se trata de una historia que más que terror produce incredulidad… y un poco de risa. Ay, pobre autor, le salió el tiro por la culata.
-El papel amarillo, de Charlotte Perkins Gilman: si tuviera que elegir tres cuentos de la antología, este sería uno de ellos. ¡Me encantó! De hecho, lo volví a leer según terminé porque está tan bien situado, es tan profundo y cuenta tan bien eso que cuenta que me enamoró del todo. Ah, y un dato: no conocía a la autora, así que ahora estoy deseando leer algo más suyo.
-La muerte de Halpin Frayer, de Ambrose Bierce: este es de todos el que menos me gustó, me pareció sumamente inconexo y no me pareció que diera del todo de sí, como si estuviera un poco mal explicado. La verdad es que me sobraba completamente.
-El gran dios Pan, de Arthur Machen: operaciones misteriosas que acaban mal, mujeres con cierto componente extraño que aparecen y desaparecen que quieren, hombres caídos en miseria, gente que a escondidas lee manuscritos terroríficos… ¿hace falta decir que este también es de mis favoritos?
-El conde Magnus, de M. R. James: sin más, totalmente. Y creo que lo peor que puede hacer un relato de estos es producir indiferencia, porque si al menos produjese desagrado, eso sería muestra de algo. Pero ya os digo que me dio absolutamente igual.
-Los sauces, de Algernon Blackwood: ¡deidades antiguas! ¡OLÉ! Si os gustan los relatos de lugares misteriosos en los que pasan cosas horribles de noche, y de monstruos que acechan en la oscuridad del bosque… adelante pues. De los más largos, sí, pero estupendo.
-La araña, de Hanns Heinz Ewers: ¿podemos hablar de la sutil y magistral perfección de este relato que, con tan solo unas palabras, te atrapa en su telaraña? Utilizando la técnica del manuscrito encontrado (como muchos otros, también es verdad), se nos cuenta una historia que sí, me hizo sentir aprensión… y miedo incluso.
-La mansión de los ruidos, de M. P. Shiel: este es otro de los relatos que me dejó más bien fría. La verdad es que aunque las dos primeras páginas me parecieron interesantes, luego se fue hacia un terreno que me desganaba del todo. Fue el único relato que pensé en no terminar, pero al final la fuerza de voluntad prevaleció (xD).
-La casa de la Esfinge, de Lord Dunsany: curioso, muy curioso. El relato más corto (solo tiene cuatro/cinco páginas) y sin duda una idea interesante con muchas interpretaciones posibles, que me mantuvo con una ceja alzada toda la lectura.
-De Profundis, de Walter de la Mare: no sé qué deciros de este relato xD la verdad es que si bien en un principio no me iba gustando, según avanzaban las páginas me encandilaba más y al final resultó muy curioso e interesante.
-El final de la historia, de Clark Ashton Smith: este se aleja radicalmente de lo que es la temática del resto de cuentos, que exploraban los demonios, la locura… y el resultado es muy distinto a lo esperado, muy interesante.
-El testimonio de Randolph Carter, de H. P. Lovecraft: y cerramos con un relato del culpable de la antología, que se puede definir con una sola palabra. Magnífico. Bueno, y arrollador. Y magnético. Y con un final sublime. Y ya me callo, ¿no creéis?
En definitiva: ¿te gustan las historias de miedo o de pasmo? ¿Aquellas en las que los protagonistas sufren “hondas impresiones” cada dos por tres? ¿Aquellas en las que nada es lo que parece, y en las que hay demonios y locura? En ese caso, poned un ojo encima de El horror según Lovecraft, tenéis mi palabra de bloguera de que no os arrepentiréis.
No soy mucho de libros de relatos, siento que me quedo a la mitad de la lectura y que apenas me da tiempo a hacerme na idea de la historia cuando ay se han terminado, pero lo de terror suelen gustarme. Precisamente porque no busco una profundidad en la historia, sino miedo puro y duro.
ResponderEliminarY el ver que hay uno que incluso te costó terminar... wow me llama lo suficiente la atención como para darle una oportunidad.
Por lo que cuentas de cada uno tiene pinta de ser una buena recopilación en general, y oye, nunca se le dice que no a una buena selección de relatos de terror y menos tan cerca de Halloween :P
Besos
No conocía de nada este libro pero me lo apunto ahora mismo, ¡ya! Tiene una pinta increíble. Bueno, algunos relatos me llaman más que otros, por lo que dices, pero no todos iban a ser de diez. A mí me fastidia (bueno, tampoco es para tanto) que dejara fuera a Wells, que me gusta mucho.
ResponderEliminarGracias por la reseña ;)
Ya te diré qué tal cuando me haga con él
Un abrazo
Qué decir de este libro!!!! Amo Los Sauces, El Gran Dios Pan, La Declaración de Randolph Carter... Bufff es que son autores clásicos entre los clásicos!!!
ResponderEliminar¡Hola! Lo conozco de tu IMM (si no me equivoco), pero no he leído ningún libro de Lovecraft así que primero leeré alguno de los suyos y luego quizás lea este si me gustan los originales :).
ResponderEliminar¡Un besito!
Nosoy mucho de miedo, pero claro que leeria con gusto esta antologia *w*
ResponderEliminarPues En la boca del Miedo de Carpenter es la polla en una olla, y es Lovercraft total.
ResponderEliminar''Lovercraft'' era su hermano, que no se si leiste algo de el.
ResponderEliminar¡Hola! Vi este libro en tu Book haul y la verdad es que yo no soy muy de antologías pero leer relatos de vez en cuando de este género me gusta bastante, y de este autor no he leído nada, seguramente probaré :)
ResponderEliminarMuchas gracias por reseñar libros así.
Un besito.
Lo vi el otro día y la verdad que me llamó mucho la atención. Así que a ver si pronto me hago con él.
ResponderEliminarUn besiño
No sé si te puedo perdonar que hayas puesto antólogo en la misma frase que churúa. Con lo fino que te había quedado... XD
ResponderEliminarMe encanta el terror, desde pequeña. Y he leído como centenares de libros de relatos, cada cual más extraño, confuso y aterrador. Pero hace mucho que no lo hago, así que me has hecho muy feliz con esta reseña. Me has dado un título muy interesante.
Veo que algunos relatos te han dejado indiferente, yo creo que hay cierto terror que envejece muy mal. Lo que asustaba en el siglo XIX hoy por hoy nos deja muy fríos, ¿no crees?
Lo apunto, por supuesto.
¡Besotes!