El color de la maldad, de Armando Rodera

Título: El color de la maldad

Título original: El color de la maldad

Autor: Armando Rodera

Traductor: -

Editorial: Autoedición

Número de páginas: 358

Precio: 2’68€ (aquí)

Fecha de publicación: 2011

El inspector Bermejo, un policía de vuelta de todo que no pasa por su mejor momento, es requerido por sus superiores para investigar el posible secuestro de una pareja de jóvenes, desaparecidos tras una excursión de fin de semana. Bermejo tendrá que hacer de tripas corazón para involucrarse en un caso en el que, para colmo, estará acompañado por un bisoño guardia civil, el sargento Roncero.

La investigación les hará recorrer increíbles derroteros, hasta averiguar muy a su pesar que se hallan tras la huella de un calculador asesino en serie. Los crímenes se suceden uno tras otro en diferentes zonas del país, encontrándose con unos impactantes escenarios donde el psicópata les deja macabras pistas en los cadáveres al preparar sus sorprendentes recreaciones. Sólo el razonamiento lógico de Roncero, psicólogo de carrera, podrá entrever entonces el verdadero reto que el asesino les plantea en un duelo entre mentes privilegiadas. 

Todos los medios son pocos si pretenden acabar con el salvaje ritual de muerte y destrucción, atrapando al monstruo antes de que cumpla su amenaza: terminar su maléfica serie de asesinatos buscando cerrar su particular círculo. 

El color de la maldad es de uno de mis géneros favoritos, la novela negra; aunque no soy ninguna experta, desgraciadamente, siempre acabo volviendo a ella cuando me apetece pasar un buen rato (me crié con Agatha Christie, qué le vamos a hacer). Por eso, cuando Laky propuso esta lectura conjunta no pude hacer otra cosa que apuntarme. Y ahora, que acabo de cerrar el Kindle hace unas horas, no puedo estar más contenta de haberlo hecho; menuda lectura, amigos.

La verdad es que lo más impresionante que tiene este libro son todas las muertes que nos cuenta y toda la elaboración que estas suponen; ya no solo por lo que pasa sino porque toda la trama, la idea, del asesino, por decirlo de alguna manera, es brutal. Las últimas páginas, en las que se explican los porqués de cada una de las muertes, son una pasada, por no hablar de toda la historia que tienen detrás. Personalmente se me quedaban los pelos como escarpias cada vez que comprendía una cosa más.

Otra novela del autor.

El lector conoce al asesino —no su nombre, entiéndase, sino sus asesinatos— desde el principio, y también va a ir paso a paso con él mientras maltrata a las víctimas y demás. Además de esto también estaremos, como tiene que ser, muy pendientes de la historia de los dos policías (que no juegan a poli bueno, poli malo, pero podrían) y de la periodista, de los buenos que van a intentar descubrir al psicópata encargado de las muertes. De hecho, se alterna: un capítulo del malo, uno de los buenos… lo que hace la lectura mucho más amena y entretenida.

En cuanto a los personajes, el del asesino resulta muy interesante (siempre es algo curioso meterse en la mente de un asesino) y da bastante miedo. Quizás algo malo que he notado es que a los policías no les conocemos del todo, se deja un poco de lado ese aspecto para basarnos en la trama, y aunque me parece bien, sí que creo que habría estado bien saber más cosas de Roncero y Bermejo; si el autor escribe otra obra con estos señores, seré la primera en leerla (indirecta AJÚ).

Me ha sorprendido muy gratamente la escritura del autor. Es muy sencilla, no nos vamos a encontrar metáforas impresionantes ni nada, pero dentro de su sencillez tiene unos diálogos muy humanos y unas descripciones increíbles. A lo mejor me ha gustado tanto porque se habla de lugares en los que he estado (mi familia es de Salamanca y sale y es LOF), pero la ambientación es magnífica y desde luego parece que estuviéramos allí con el asesino. Algo que, por cierto, no me gustaría nada. Ha sido una experiencia bastante desagradable ver cómo se libraba de sus víctimas.

También quería mencionar que aunque en general es un poco… bueno, cómo decirlo… vaya, que muere gente a raudales, el tono del libro es bastante cómico, lo cual me ha sorprendido gratamente. Hay diversas partes para relajar tensión (como tiene que ser ¬¬) y también hay sitio para una relación amorosa bonita, bien llevada y que oye, da gusto. En definitiva que me ha gustado mucho todo, no puedo estar más satisfecha, como decía antes, de haber comprado este libro, y ya tengo otra novela del autor (Juego de identidades) enel Kindle lista y preparada para ser leída. Espero que no me defraude.

El color de la maldad es una novela en la que vamos a descubrir a un asesino terrible que nos causará dolor de cabeza. Con unas muertes impresionantes y un ritmo muy ágil, atrapa y se convierte en una lectura que no deja para nada indiferente. Sí, leeré más de Armando Rodera sin dudarlo. ¿Estáis dispuestos a saber cuál es el color del mal?